10.26.2011

Romper con esquemas.

Hacía ya un par de días que quería escribir algo así. Una entrada para reflexionar; tanto yo, como algunos de vosotros. Y es que esto es un poco como... el típico capítulo de recopilación al final de temporada, y cosas así, que tanto odias a veces, pero al fin y al cabo sonríes. Necesito desahogarme un poco aquí, y violar el espacio tan sagrado en escribir algunos de los pensamientos que me llevan rondando la cabeza estos días, y en especial, hoy.

Cuando empecé con esto, no tenía una idea clara de dónde iba a ir a parar. Observaba un par de blog's como mucho, en especial el de una amiga, donde plasmaba sus pensamientos sobre la pantalla del ordenador, y los mostraba a un selecto público. Desde pequeño he sido reacio a toda muestra de sentimiento por mi parte, pero es algo que con el paso del tiempo he ido olvidando, llegando así a sentir extremos y a permitir que éstos afectaran mis rutinas. Y es que he cambiado tanto en tan poco... que tristemente sonrío.

Fui escribiendo poco a poco, sin forzar nada. Cada texto salía cuando tenía que salir, y así ha sido hasta estas palabras. Nunca quise llamar a algo que no estaba destinado a venir en ese momento, por el mero hecho de que no era su momento. E incluso textos que no di un duro por ellos, fueron lo que fueron por el momento. Poco a poco, fui conociéndome a mí mismo. Llegando a reflexionar incluso sobre aquellas cosas impuestas desde pequeño, ya asimiladas en mi cabeza e impuestas por sociedades. Poco a poco, fui forjándome a mí mismo, no cómo quería ser, sino como era realmente. Solo que ese "yo" permanecía en descanso, hasta todos estos textos. Una vez dije que con pocas cosas te ibas a llegar a conocer tanto a ti mismo que con esto, y así sigo pensando. 

Pero toda parte buena, tiene un contra. 
Del Yin, el Yang. Y esto, no iba a ser menos.
Acabé permitiendo que este blog saliera a la luz de una manera brusca. Decenas de personas curiosearían en mis palabras, entrando así disimuladamente por la puerta trasera de mi mente. No fue algo que me trastornase demasiado, al fin y al cabo fui yo quien dejó esa puerta abierta, pero entonces ocurrió algo. Automáticamente se impusieron ante mí una serie de trabas. De publicar para gustar, y no para mí. Se acrecentó la sensación de que llegaría a un punto en qué no sabría qué publicar, por falta de inspiración. Cuando eso jamás debió ser así, pues debía escribir únicamente para curarme, y no para contar historias de hadas. Obviamente, no publiqué jamás nada que no hubiese valorado yo antes por mí, y me hubiese llegado a enamorar. Pero ya contaba con un público, aunque reducido, que leyera esto, y sentía el deber de no... decepcionar. Volvía entonces esa sensación de cuando era pequeño de no expresar mis sentimientos. Otra vez, en menor medida, pero lo vi así.

Continué con esto durante meses, intentando no decepcionar. Pero mientras os ganaba, me perdía. Alimenté a una parte de mi ser que estaba, indirectamente, coartando la evocación del "yo" que ansiaba sacar al comienzo de esto. Entonces, ¿debía seguir? Debía seguir. Me sentía realmente lleno cuando algunas personas llegaban para decirme que algo mío, les había cambiado un poco el día. A mejor. Me sentía realmente lleno cuando sabía que tenía una buena pieza para mostrar, y clicaba el botón de publicar entrada. Pero entonces, los llantos volvieron a sucederse. 

Escribía para curarme. Para desfogar. Para decir lo que no me atrevía a gritar. Para llorar con palabras y evitar las lágrimas. Pero las noches de soledad y de llantos continuaron en las noches de verano. Raras eran las noches en las que no hincaba las rodillas sobre mi pecho deseando un mañana mejor. Creía haberme conocido durante casi medio año, y realmente me había conocido una mierda. Seguía sin saber quién era, y el motivo por el que escribía ya se había reducido al infinito. 

Punto de partida.

Al fin y al cabo, continúo publicando. Una serie de valientes también se están atreviendo con esto. Sinceramente espero que no os pase como a mí, y que esto, no se convierta en vuestra propia autodestrucción. No lo llevéis nunca al extremo que yo lo llevé. Y si podéis, ocultarlo. Ocultar vuestros pensamientos, y publicar vuestras filosofías. En el momento en que sigáis llorando después de haber escrito lo que debía ser vuestra terapia, os daréis cuenta de que no funcionó; y entonces os sentiréis como si hubierais perdido un amigo de la infancia. No alcancéis ese punto. 

Por mi parte poco más tengo que decir. Esta entrada me ha ayudado en parte para decir las cosas que pienso estos días y que... hoy quizás haya cambiado algo en mi manera de pensar. Me siento... distinto, y no es un cambio que haya sido a peor. No tengo algo por lo que vivir, ni tampoco algo por lo que morir. Estoy donde necesito estar, supongo. La balanza se encuentra en equilibrio, y centenares de piedras estarán dispuestas a caer para inclinarse una vez más hacia esa sensación de pesimismo y abandono. Tan solo espero que alguna de ellas cambie su rumbo en la caída y se disponga hacia la otra parte opuesta. Es algo que tan solo el tiempo me lo dirá y que, bueno, ya sabéis. 



0 comentarios:

Publicar un comentario